Sobre el zamak

No podemos decir que el zamak sea un metal como tal, pero sí un material creado mediante una combinación de zinc, aluminio, magnesio y cobre cuyas iniciales constituyen el nombre de zamak. Se trata de una aleación versátil usada para crear piezas por inyección a presión con una alta precisión y con resistencia a la tracción y a los golpes. Además, puede cromarse, pintarse y mecanizarse.

El resultado es un metal que ofrece un excelente rendimiento eléctrico y protege frente a las interferencias electrónicas, de ahí que sea usado en bastidores y equipos de telecomunicación. Además, es un metal de color gris y con un aspecto similar a la plata, aunque más complicado de ensuciar en comparación este último metal.

¿Para qué sirve el zamak?

Aunque este material no es muy conocido, sí que sirve para fabricar piezas que después pueden ser usadas en sectores como el de la automoción, la construcción, la electricidad, la decoración e incluso la telefonía. De la misma manera, el encarecimiento de otros metales ha llevado a que el zamak sea más usado que antes, incluso en los sectores del herraje y la bisutería completando las piezas en las partes metálicas.

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Ventajas del zamak

Encontramos muchas ventajas en el uso del zamak, desde el ahorro de tiempo hasta la reducción de costes en comparación con otros metales. Además, los acabados son de calidad y la temperatura de fundición es de unos 400 grados, lo que requiere un menor consumo de energía.

Una ventaja muy importante es que es un material que no cambia de color con el uso.
Es un material de alta resistencia y excelente conductividad tanto eléctrica como térmica.

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